jueves, 14 de abril de 2011

La vuelta al día en ochenta mundos


En el filoso cielo de la Alta Provenza, que a las nueve de la noche guardaba todavía mucho sol y un cuarto creciente de luna, la nube de Magritte estaba exactamente suspendida sobre Cazeneuve y entonces sentí una vez más que la pálida naturaleza imitaba al arte ardiente.
Julio Cortázar

martes, 5 de abril de 2011

B





Cheshire haciendo de las suyas
en las sombras (chinescas)
y un árbol que cuenta cuentos
a un elfo en una seta,
un cíclope bebe en un lago
con un arpa de fondo...
pobre del que entre aquí
y sea ciego o sordo.

Arte y legumbres

El Arte es como un plato de lentejas:
hay gente a la que le gustan y hay otros a los que no, el problema está en que las rechacen simplemente por el sabor y no por lo que son en realidad.  
El Arte es igual: hay gente que lo aprecia, independientemente de que les guste o no, de que les mueva el alma, y hay otros que si no tiene un colorido o una rima bonitos no lo llaman arte. Gran error, el arte no es sólo un soneto de Garcilaso o Las Meninas de Velázquez, el arte no es sólo armonía, no se mide por su dificultad (no es sólo arte lo complejo a simple vista y lo sencillo no porque "lo hace un niño de cinco años"),  el Arte no es lo difícil sino lo sentido. El Arte es también dolor, desgarro, gris y negro, líneas curvas retorcidas sobre sí mismas, y no importa su dificultad o belleza o tamaño, el arte lo es y ya está, no depende de un crítico con el pelo azulyrojo y pantalones de cuadros para serlo o no, no depende de los gustos de nadie. La tinta, el color, el mármol, los píxeles son un mero vehículo, una fachada de todo lo que hay detrás, son el sabor de las lentejas que ocultan los nutrientes, los sentimientos que llevan dentro. Y es una lástima que tan poca gente hoy pueda comer lentejas por lo que son y no por su sabor.

lunes, 4 de abril de 2011

Granamor

Dale limosna, mujer,
que no hay en la vida nada
como la pena de ser
ciego en Granada.

Sueños de otros

¿Por qué de noche andamos por calles, hablamos con gente que no conocemos? Porque, sencillamente, esos no son nuestros sueños; a quienes les pasa esto tienen la gran suerte de poder soñar despiertos y por la noche deben tener los sueños de los que no pueden soñar: sueñan sueños de otros.
¿Y las pesadillas? Son re-vivencias de otros que debemos tener en sueños con ese lenguaje tan complejo de sensaciones y vagas imágenes para poder combatirlos (o dicho de un modo menos sutil: son experiencias demasiado duras como para poder afrontarlas tras una barra de bar o en un paseo por la playa, de manera consciente, serena y racional).
El tiempo no cura las heridas, son las pesadillas en sueños de otros lo que ayuda a sanar; y la gente nunca deja de perseguir sus sueños aunque lo parezca, sino que lo hacen en sueños ajenos (¿cómo seguiríamos vivos, pues?).