martes, 5 de abril de 2011

Arte y legumbres

El Arte es como un plato de lentejas:
hay gente a la que le gustan y hay otros a los que no, el problema está en que las rechacen simplemente por el sabor y no por lo que son en realidad.  
El Arte es igual: hay gente que lo aprecia, independientemente de que les guste o no, de que les mueva el alma, y hay otros que si no tiene un colorido o una rima bonitos no lo llaman arte. Gran error, el arte no es sólo un soneto de Garcilaso o Las Meninas de Velázquez, el arte no es sólo armonía, no se mide por su dificultad (no es sólo arte lo complejo a simple vista y lo sencillo no porque "lo hace un niño de cinco años"),  el Arte no es lo difícil sino lo sentido. El Arte es también dolor, desgarro, gris y negro, líneas curvas retorcidas sobre sí mismas, y no importa su dificultad o belleza o tamaño, el arte lo es y ya está, no depende de un crítico con el pelo azulyrojo y pantalones de cuadros para serlo o no, no depende de los gustos de nadie. La tinta, el color, el mármol, los píxeles son un mero vehículo, una fachada de todo lo que hay detrás, son el sabor de las lentejas que ocultan los nutrientes, los sentimientos que llevan dentro. Y es una lástima que tan poca gente hoy pueda comer lentejas por lo que son y no por su sabor.

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