domingo, 31 de octubre de 2010

3MSC



Todo lo que debes hacer es ponerte los auriculares, echarte en el suelo y escuchar el CD de tu vida, pista tras pista, ninguna se puede saltar, todas han pasado y de una forma u otra servirán para ir hacia adelante.

No te arrepientas, no te juzgues, sé quien eres, y no habrá nada mejor para el mundo.


Pausa, rewind, play, y aún más. Nunca detengas tu reproductor, sigue registrando sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro.
Y si te sale una lágrima cuando las escuches, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando escucha su canción favorita.
El resto es ruido blanco.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Para Kid ;)

Es algo terrible
que no se recuerde
un gesto de cejas o de manos
que no memoricemos los leivmotives personales
que no los añoremos.
Es algo terrible
que no intercambiemos versos,
que no juguemos a mejorarlos,
que no nos entendamos con pocas palabras
(definitivamente,
hay que decir más con menos)
que no escribamos nuestros poemas en las paredes
(trabajamos demasiado)
Es algo terrible
que no nos conozcamos
que no estemos todos enamorados unos de otros
que no sepamos cada detalle, cada chasquido de lengua.
Es algo terrible
que pida tan poco
y resulte tanto.

Es algo terrible, Ester García Camps

martes, 26 de octubre de 2010

Pauland

-Descríbeme todo lo que veas- dijo el ciego.
-Aquí hay una casa, un coche, un perro…
-¡No! Así no. Describe la casa, si tiene jardín o no, el color del coche, que raza es el perro -¿cruza la calle o roe un hueso?- quiero saber todo acerca de donde paseamos. Hazlo como a ti te gustaría que lo hicieran si no pudieses ver más la belleza de la Naturaleza. Como si yo te dijera el nombre de un lugar que no conoces: Pauland. No tienes ni idea de cómo es, pero te encantaría saberlo, ¿verdad?
-Sí.
-De acuerdo, pero si yo no te lo describo –o lo hago como tú al inicio, es decir, muy superficialmente- jamás llegarías a conocerlo, ¿no es cierto?
-Sí, tiene toda la razón. Pero, por favor, dígame cómo es ese lugar.
-Está bien. Pero primero hazlo tú, quiero ver cómo lo haces, si realmente has entendido qué es describir.
-Allá voy. Hemos llegado a un puente que cruza el río del pueblo. Es de madera, bastante largo pero parece muy macizo, sólido, resistente. Está adornado con flores de todos los colores, geranios, margaritas… al final hay un ensanche en una plaza adoquinada que rodea la estatua de una paloma –creo que alcanzo a leer su nombre, Plaza de la Libertad-.
-Así me gusta, chico. Es mi turno: el lugar de que te hablo es enorme, infinito, pero no ocupa ni un centímetro cuadrado.
-Perdone, pero no lo entiendo.
-¡Tu calla! Escúchame bien. Allí hay un sol cien veces más grande que aquí, una luna mágica que no deja lugar a las sombras angustiosas de la noche, un cielo tan azul que se pueden crear nubes en él tan sólo surfeándolo. Los pájaros aquí no molestan a nadie con su canto, pues pían muy dulcemente. Los animales no se matan entre sí para alimentarse, pues les sirve el aroma de las flores y del salitre del mar como sustento. La lluvia es bienvenida por todos, un refrescante baño en primavera; tampoco existe aquí el sofocante calor del verano ni el frío del invierno, pero sí encuentras oasis en los desiertos y cientos de icebergs en los polos. Las flores hablan sin miedo a ser cortadas, alejadas del césped. La plaza que me describes está en todos los lugares de Pauland.
-¿Cómo es posible todo eso? ¿Cómo es que no hay contaminación en el aire ni los ríos, que no existe destrucción, caos ni tristeza?
-Todo esto es posible porque aquí, en Pauland, no existe el hombre.


Feliz cumpleaños, preciosa :)

Puedo decirte mil cosas, o tan sólo una.
Puedo decir que te deseo lo mejor, que eres la persona más importante de mi vida, que tu sonrisa me hace feliz y que si tú lloras yo también, que lo siento por los miles de veces que peleamos, que echo de menos las tardes de vega-plaza y de nuestro parque y de todo, que quiero que salgamos a fotografiar más a menudo, que ante todo deseo que siempre seas feliz, que si necesitas ayuda seré la primera en acudir...
Puedo decirte todo eso, o puedo decirte tan sólo una cosa que resume todo lo que he dicho antes: te quiero

"Yo y mi minoría", Ester García Camps


la mayoría de gente que conozco
ha leído más poemas

que yo.

tienen estanterías llenas de libros
que sujetan otros libros

ordenados alfabéticamente
por tamaño y autor.

y te enseñan

pero nunca aprenden.

la mayoría de la gente que conozco
cree en poesía
ama poesía

pero no sonríe cuando sale el sol.

compran macetas
pero no plantan flores.

viven historias escritas por otros
a manos de personajes que nunca llegarán a ser

se convierten en sombras de personas muertas

celebridades, sí.

pero muertas.

la mayoría de gente que conozco
disfruta de la música
sin haber sostenido nunca un acorde
entre sus brazos.

vuelan, sí.

pero en primera clase y con cinturón.

creen en arte, pero se desvinculán de la palabra ser.

son el son de los zapatos de otros.

tienen sueños
pero no sueñan.

crean sus propios dioses
para poder cagarse en ellos
cada vez que las cosas salen mal.

coleccionan figuritas de porcelana
sin saber lo que es tener de barro
las entrañas.

es esa gente
que pierde el significado

buscándose en el diccionario

si comprender que, a veces,
todo se reduce


a un espejo

domingo, 24 de octubre de 2010

¿Hasta dónde llegaremos?

Mientras luchan fervientemente por encontrar una cura para enfermedades mortales, millones de personas mueren. Sería este un hecho admirable, el que dediquen su vida a intentar mejorar la de los demás, si no fuese porque no lo hacen por la humanidad, sino por ellos mismos: crean virus para "salvarnos" con la vacuna, tienen datos para poder curar el SIDA, pero no quieren arriesgarse a no obtener el mérito -y los millones- suficientes y callan tan enorme secreto...
Así, unos luchan -como siempre- por sobrevivir, y otros lo hacen por conseguir.

Shut up!


Hacen falta menos conciertos heavys, no tanta música clásica. Hay demasiado ruido y se extiende la creencia de que escuchándolo se disfruta. Ese ruido se llama de mil maneras: pop, reggaetón… poca gente lo denomina “ruido”; la escasa multitud que lo hace sabe que la verdadera música es un susurro apenas perceptible con una palabra de cariño, el sonido de un abrazo, la melodía de la sonrisa de un amigo, la música de un beso de amor.
Es que es necesario detenerse más a escuchar el silencio, prestarle atención a lo que se puede aprender de él. Se hace de mil maneras, tan sólo hay que encontrarlas: leyendo un libro o componiendo poemas, pensando en una conversación con un amigo, acariciando una rosa blanca, besando al amor… así se disfruta del silencio, se evade de tanto ruido, se cultiva realmente el alma de una persona.
Y es que hacen falta más conciertos de silencio.

sábado, 23 de octubre de 2010

El "Sabio e Inteligente" Humano

¿Cuándo dejarán de mirar al cielo intentando ver a ese barbudo inexistente por el que matan, y observarán la tierra que pisan para entenderla y amarla? ¿Cuándo comprenderán que no deben rendir cuentas a ningún dios todopoderoso, sino a ellos mismos? Sinceramente, no creo que se preocupe de su hacemos algo mal, y si lo hace, ¿por qué se equivoca siempre de lugar para castigarnos? La única todopoderosa creadora de vida no se encuentra sólo entre las estrellas, sino que forma parte de nosotros, formamos parte de ella, nos rodea, es la madre Naturaleza.
Otra cosa de la que no se dan cuenta –la más importante de todas- es que dedican su vida a conseguir algo que nunca les servirá para nada más que para empobrecerles. ¿De qué servirá tanto dinero cuando no quede agua para beber, terrenos en los que plantar? ¿Los ayudará acaso a vencer a un animal en una lucha cuerpo a cuerpo para conseguir alimento, los librará de las fauces de un león? Todos esos trajes, zapatos lujosos, grandes edificios, máscaras de maquillaje y silicona… ¿los salvarán de la furia de un volcán o de una ola del mar?

Se disfrazan, basan su vida en mentiras, en conseguir dinero y puestos en la maldita escala social para manejar a la gente a su antojo…¿en nombre de la libertad? Pero grandísimo hijo de puta, ¿cómo te atreves a poner límites a la libertad, a condenar la única existencia y capacidad de disfrutar de una persona simplemente para saciar tu asquerosa avaricia, a usar su nombre para justificar asesinatos?
A la gente que verdaderamente ha ejercido su libertad la han callado para siempre, porque no les conviene que nadie más sepa el verdadero significado de la libertad, esa palabra que tan bien queda para poder ejercer el poder de la codicia a sus anchas. Lo que no entienden es que si ni ellos mismos respetan sus leyes, y menos las de su madre naturaleza, nadie tiene por qué obedecerles.
Y ten cuidado con nacer inteligente o consciente de tus derechos y deberes con la naturaleza y demostrarlo, porque emplearán contigo los métodos más adecuados para la seguridad de la sociedad y tu precaria salud mental –nada importa que seas una persona igual a las que pretenden defender, ahora sólo importa mantener la ignorancia para campar a sus anchas violando el verdadero significado de la libertad.
Los cabronazos pueden así, a golpe de fusil y en nombre de su dios o patria, acabar con la vida de cuantos piensan diferente a ellos, simplemente por ser capaces de permitirse –gracias a la ausencia de conciencia- la posesión y uso de armas mortales contra cualquier humano o animal.
Otra cosa muy distinta sería encontrarse rodeado de tiburones en sus merecidas vacaciones en el mar, o de una manada de elefantes o tigres durante su luna de miel en el pobrecito continente africano. Pedirían a su dios que los ayudase, que los salvase de una muerte tan injusta –para lo cual se arrepentirían rápidamente de todo, así conseguirían engañar al tonto del sabelotodo del cielo. ¿Injusta? Sería la única muerte merecida y justificada, la naturaleza te da lo que tú das a ella: muerte y falta de respeto por la vida. ¿Dónde quedan ahora los pobres a los que dejaste morir de hambre, los salvajes guepardos que asesinaste sonriente y orgulloso para vestir a tu estúpida esposa? ¿Dónde los millones de personas de diferente color y habla que fusilaste o gaseaste porque un enano bigotudo –de pelo negro- dijo que lo hicieras? ¿Es tu conciencia lo que te hace recordarlos? Ah, no, es tu puto miedo a morir indignamente, como ellos, sin posibilidad de defenderte lo que aparece en tus ojos de mamonazo cobarde. Que te follen. Tu dios está ocupado inundando Asia, asesinando árabes en nombre de la seguridad norteamericana, destruyendo los bosques sudamericanos, contaminando mar y aire por el progreso, mientras que se depila las piernas para quedar con algún pequeño angelito.

viernes, 22 de octubre de 2010

Olas


Os eché de menos, os sigo echando en ocasiones. Os fuisteis hace algo más de un año y casi no supe de vosotras. Os necesité mil veces a mi lado, para recordar el viaje a París tomando té en ese cafetín al que íbamos juntas, hablar de tantas cosas sin ninguna vergüenza, con alegría, alegrándonos por las demás y llorando si estaban mal. Incluso aprovechamos que se rompió una uña para poder hablar de todo, de darnos ánimo cuando más lo necesitábamos.
Jamás os descuidé adrede, si lo hice fue sin darme cuenta, porque estaba inmersa en los estudios y me salió caro: me costó perderos. Nunca os habría alejado de mi vida conscientemente.
Ahora vuelvo a saber de vosotras, volvemos a quedar, a reír juntas, a hablar de nuestra vida. Un día no tuve el valor a deciros a la cara lo mucho que os eché de menos, pero lo hago ahora, porque es así. El viaje a Italia con vosotras es lo que más deseo, como aquel viaje a París, cuatro Olas juntas. Porque así es como nos veo, como las Olas de Moccia, se separan, pero vuelven a ser olas después de ser espuma.
Os quiero, chicas. No me atreví a pediros que no os fuerais de mi lado, pero lo hago ahora, y os digo que os echo mucho de menos, confiaros mis sentimientos sin tapujos... y lo más importante: os quiero.

jueves, 21 de octubre de 2010

Palabras de aire


Un libro no se bloquea, ni se borra de repente, ni necesita pilas ni electricidad.
Lo puedes leer en el parque, en la cama antes de dormir y hasta en el cuarto de baño.
No hay goce como el de pasar las páginas, sentir su tacto y oler la fragancia de unas hojas impresas hace años o días.
Un libro te puede hacer sufrir, sobrecogerte, dibujar una sonrisa en tu cara o pintar una lágrima en ella. Tiene también la capacidad de hacerte olvidar la realidad con solo tocar la cubierta y sentir la historia bajo tus dedos. Te hace feliz, o te inunda de rabia. Te roba horas y horas de sueño, de estudio o de trabajo simplemente para que leas lo que tiene que contarte. En los momentos en los que lo lees no hay nada más importante que él.
Un libro es más que un montón de páginas unidas por una cuerda.

martes, 19 de octubre de 2010

Maldito Sapiens


Kilómetros y kilómetros de selva,
de áridos granos de arena ardiente,
de litros de agua salada, de aire…
poblados de seres vivientes.
Delfines, serpientes,
aves de todos colores,
cebras y jirafas en la sabana,
marsupiales, flores de mil olores.
En comunión Gea y Natura
vivieron durante largo tiempo,
pero de una mutación en el simio
llegó el destructor del cielo.
Sapiens lo llaman por ser capaz
de matar a su madre y así
acelerar el momento
en que llegue ésta a su fin.
No se percata de una cosa:
destruye su fuente de vida
-mares, cielo, tierra y animales-
por su gran enfermedad llamada codicia.
Cuando su método de organización
-creo que política o algo parecido-
termine por curarles la ceguera
y les devuelva para ver el sentido,
será ya tarde para todos
pues habrá destruido el regalo
más grande imaginable:
estar vivo y poder continuarlo.
¿De qué servirá entonces el ladrillo
si una ola del mar lo derrumba?
¿De qué sus papeles de colores
si las fauces de un león pueden ser su tumba?
¿De qué les servirá
el color de mil banderas
cuando los quiera exterminar
la moribunda madre Tierra?
¿Por qué se empeñan
en sustituir sus valores
y matan sus amazónicos pulmones
para crear papeles de colores?
¿Por qué se discriminan entre sí
por el color de la piel?
¿Por qué levantan barreras
si son hijos de la misma mujer?
¿Por qué pelean en nombre
de un barbudo celestial inexistente
que los deja morir de hambre
y les causa dolor incluso cuando cae un diente?
¿Por qué no pelean contra sí mismos
para salvar a su propia madre,
que les da la vida y alimento,
que los hizo a todos con la misma sangre?
Hasta tal punto llega su degradación
que confunde muerte con cultura,
califica de arte el asesinato de animales
y viendo este macabro espectáculo disfruta.
Matar toros es bonito,
pero acabar con su gatito no,
puede matar tigres y cocodrilos por su piel,
pero a su propio hijo ¡no, por favor!
Así se siente Gea
cuando su hijo sapiens disfruta matando un animal,
un hermano con el que convivir,
un ser al que poder amar.
Y ¿qué decir
sobre el líquido elemento?
Es básico para sobrevivir
pero lo contamina en nombre del científico progreso.
¿El aire? Más de lo mismo:
a él emite gases tóxicos
aún sabiendo que se autodestruye,
que mata a sus pulmones poco a poco.
¿En realidad merece este homo
el calificativo de sapiens?
No lo creo si destruye a sus hermanos, hijos,
y hasta su propia madre.
El dichoso sapiens
es el único animal
que se autodestruye
por el ansia de tener más.
Gea, date prisa,
acaba con nosotros
antes de que destruyamos
a Natura, al cielo, a todo.

Viaje a Ítaca

La vida es como un viaje en tren. A la misma vez que atraviesas la puerta dejando atrás el andén donde estuviste unos meses sin ninguna preocupación acerca de ese viaje, te recibe una sonrisa, quizá de tus padres o quizá sólo de un hombre con bata blanca. Lo más posible es que esas personas que sonríen cuiden de ti en este viaje, aunque puede suceder que te dejen realizarlo en soledad.
Comienza el viaje. Éste será como tú desees; puedes viajas por cada vagón y conocer el máximo número de viajeros posible, o por el contrario, puedes quedarte en tu asiento, inmóvil, preocupado únicamente por la meta.
Hay muchos tipos de viajeros: encontrarás gente que entre a la vez que tú pero siga un rumbo muy distinto, o gente que desembarque cuando tú entregues el ticket al revisor del tren. También habrá gente que deseará viajar contigo porque compartís ideas parecidas sobre ese viaje, o porque os sentís mágicamente unidos. Algunos viajeros incluso llegarán a ser tus amigos, pero solamente podrás amar a uno de los millones de viajeros de ese tren. Entre esos viajeros habrá otra gente se acercará a ti con una encantadora sonrisa, quizá para pedirte un cigarrillo y se alejará sin más, o quizá te lo pida como excusa para conocerte aunque en realidad no sepa fumar; ésta es la persona de que hablaba antes.
Habrá momentos en ese viaje en que desees apearte porque alguien lo ha hecho y crees que no merece la pena continuar; en ese momento puede ocurrir que no recuerdes la sonrisa de bienvenida de aquellas personas y abandones el maravilloso viaje, o también puede suceder que alguien te retenga y evite que cometas tan gran error. Porque no hay mayor error que rechazar el regalo de viajar por ser a la vez tan fuerte y tan débil de corazón.
Podrás viajar solo, acompañado por mucha gente insignificante o por poca muy importante, entre los que se encuentra la persona que no sabe fumar.
Sea como sea viaja, ama el viajar y recuerda los versos de Kavafis “Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo”. Imagina dicho viajar como una aventura parecida a la de Ulises, llena de experiencias en este viaje a Ítaca, ya sea porque alguien te ama y quiere compartir este trayecto contigo, o porque deseas disfrutarlo en solitario. Pero nunca, nunca, dejes que nada ni nadie apague tu ilusión por viajar.

lunes, 18 de octubre de 2010

No podía ser de otra manera, todo se remonta a ti.
Te conocí y supe que ibas a ser especial; y vaya que si lo fuiste. ERES especial. Noté que encajabas conmigo, que el hueco de la amistad de mi corazón lo llenabas con tu sola presencia. Tu sonrisa es siempre un soplo de aire fresco, me haces feliz, me comprendes, pensamos de manera idéntica, sabemos lo que siente la otra tan sólo con mirarla.
Todo comenzó en aquel mar de olas verdes, esa clase en mitad de la huerta. Y poco a poco nuestra amistad iba ganando terreno a cualquier adversidad. Nos convertimos en dos corazones siameses, hicimos la operación inversa porque así somos nosotras. Y llegó el momento en que las risas fueron puestas a prueba por las lágrimas, y las superaron. Nuestros abrazos pueden con todo y más.
Esos dos años alejada de ti me demostraron cuanto te escribo aqui, me di cuenta de lo mucho que significas en mi vida, me dolía al respirar si no estabas a mi lado, no sabía qué hacer en ningún momento, la situación más fácil se convertía en imposible porque no te veía junto a mí; y es que me habían arrancado el corazón, no era yo si no era contigo. Y volviste, en un momento en que necesitaba tus palabras como el mar necesita agua para vivir. Y me salvaste de ahogarme, eso que tan bien se te da.
Me encanta saber que estarás conmigo siempre, en esta amistad incondicional que ha superado pequeños baches y grandes abismos de soledad.
Gracias por demostrarme que las medias naranjas también existen fuera del amor.
Te quiero, Alejandra.

Nata

Necesitaba hacer saber lo que siento,
mandarlo al viento,
decir a mi amiga o a mi hermana
lo mucho que las quiero,
a ese chico
que llevo sin ver tanto tiempo
que necesito verle,
que lo echo de menos.
Me he dado cuenta hoy,
frente a un café en un bar,
de que tengo mucho que decir,
sobre la amistad, el amor, la libertad;
necesito intentar
con mi granito de arena
que cambie la gente,
que despabile su conciencia.