sábado, 23 de octubre de 2010

El "Sabio e Inteligente" Humano

¿Cuándo dejarán de mirar al cielo intentando ver a ese barbudo inexistente por el que matan, y observarán la tierra que pisan para entenderla y amarla? ¿Cuándo comprenderán que no deben rendir cuentas a ningún dios todopoderoso, sino a ellos mismos? Sinceramente, no creo que se preocupe de su hacemos algo mal, y si lo hace, ¿por qué se equivoca siempre de lugar para castigarnos? La única todopoderosa creadora de vida no se encuentra sólo entre las estrellas, sino que forma parte de nosotros, formamos parte de ella, nos rodea, es la madre Naturaleza.
Otra cosa de la que no se dan cuenta –la más importante de todas- es que dedican su vida a conseguir algo que nunca les servirá para nada más que para empobrecerles. ¿De qué servirá tanto dinero cuando no quede agua para beber, terrenos en los que plantar? ¿Los ayudará acaso a vencer a un animal en una lucha cuerpo a cuerpo para conseguir alimento, los librará de las fauces de un león? Todos esos trajes, zapatos lujosos, grandes edificios, máscaras de maquillaje y silicona… ¿los salvarán de la furia de un volcán o de una ola del mar?

Se disfrazan, basan su vida en mentiras, en conseguir dinero y puestos en la maldita escala social para manejar a la gente a su antojo…¿en nombre de la libertad? Pero grandísimo hijo de puta, ¿cómo te atreves a poner límites a la libertad, a condenar la única existencia y capacidad de disfrutar de una persona simplemente para saciar tu asquerosa avaricia, a usar su nombre para justificar asesinatos?
A la gente que verdaderamente ha ejercido su libertad la han callado para siempre, porque no les conviene que nadie más sepa el verdadero significado de la libertad, esa palabra que tan bien queda para poder ejercer el poder de la codicia a sus anchas. Lo que no entienden es que si ni ellos mismos respetan sus leyes, y menos las de su madre naturaleza, nadie tiene por qué obedecerles.
Y ten cuidado con nacer inteligente o consciente de tus derechos y deberes con la naturaleza y demostrarlo, porque emplearán contigo los métodos más adecuados para la seguridad de la sociedad y tu precaria salud mental –nada importa que seas una persona igual a las que pretenden defender, ahora sólo importa mantener la ignorancia para campar a sus anchas violando el verdadero significado de la libertad.
Los cabronazos pueden así, a golpe de fusil y en nombre de su dios o patria, acabar con la vida de cuantos piensan diferente a ellos, simplemente por ser capaces de permitirse –gracias a la ausencia de conciencia- la posesión y uso de armas mortales contra cualquier humano o animal.
Otra cosa muy distinta sería encontrarse rodeado de tiburones en sus merecidas vacaciones en el mar, o de una manada de elefantes o tigres durante su luna de miel en el pobrecito continente africano. Pedirían a su dios que los ayudase, que los salvase de una muerte tan injusta –para lo cual se arrepentirían rápidamente de todo, así conseguirían engañar al tonto del sabelotodo del cielo. ¿Injusta? Sería la única muerte merecida y justificada, la naturaleza te da lo que tú das a ella: muerte y falta de respeto por la vida. ¿Dónde quedan ahora los pobres a los que dejaste morir de hambre, los salvajes guepardos que asesinaste sonriente y orgulloso para vestir a tu estúpida esposa? ¿Dónde los millones de personas de diferente color y habla que fusilaste o gaseaste porque un enano bigotudo –de pelo negro- dijo que lo hicieras? ¿Es tu conciencia lo que te hace recordarlos? Ah, no, es tu puto miedo a morir indignamente, como ellos, sin posibilidad de defenderte lo que aparece en tus ojos de mamonazo cobarde. Que te follen. Tu dios está ocupado inundando Asia, asesinando árabes en nombre de la seguridad norteamericana, destruyendo los bosques sudamericanos, contaminando mar y aire por el progreso, mientras que se depila las piernas para quedar con algún pequeño angelito.

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