martes, 19 de octubre de 2010

Viaje a Ítaca

La vida es como un viaje en tren. A la misma vez que atraviesas la puerta dejando atrás el andén donde estuviste unos meses sin ninguna preocupación acerca de ese viaje, te recibe una sonrisa, quizá de tus padres o quizá sólo de un hombre con bata blanca. Lo más posible es que esas personas que sonríen cuiden de ti en este viaje, aunque puede suceder que te dejen realizarlo en soledad.
Comienza el viaje. Éste será como tú desees; puedes viajas por cada vagón y conocer el máximo número de viajeros posible, o por el contrario, puedes quedarte en tu asiento, inmóvil, preocupado únicamente por la meta.
Hay muchos tipos de viajeros: encontrarás gente que entre a la vez que tú pero siga un rumbo muy distinto, o gente que desembarque cuando tú entregues el ticket al revisor del tren. También habrá gente que deseará viajar contigo porque compartís ideas parecidas sobre ese viaje, o porque os sentís mágicamente unidos. Algunos viajeros incluso llegarán a ser tus amigos, pero solamente podrás amar a uno de los millones de viajeros de ese tren. Entre esos viajeros habrá otra gente se acercará a ti con una encantadora sonrisa, quizá para pedirte un cigarrillo y se alejará sin más, o quizá te lo pida como excusa para conocerte aunque en realidad no sepa fumar; ésta es la persona de que hablaba antes.
Habrá momentos en ese viaje en que desees apearte porque alguien lo ha hecho y crees que no merece la pena continuar; en ese momento puede ocurrir que no recuerdes la sonrisa de bienvenida de aquellas personas y abandones el maravilloso viaje, o también puede suceder que alguien te retenga y evite que cometas tan gran error. Porque no hay mayor error que rechazar el regalo de viajar por ser a la vez tan fuerte y tan débil de corazón.
Podrás viajar solo, acompañado por mucha gente insignificante o por poca muy importante, entre los que se encuentra la persona que no sabe fumar.
Sea como sea viaja, ama el viajar y recuerda los versos de Kavafis “Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo”. Imagina dicho viajar como una aventura parecida a la de Ulises, llena de experiencias en este viaje a Ítaca, ya sea porque alguien te ama y quiere compartir este trayecto contigo, o porque deseas disfrutarlo en solitario. Pero nunca, nunca, dejes que nada ni nadie apague tu ilusión por viajar.

1 comentario:

  1. leído ;) veo algunos errores de redaccion puntuales, nada importante jejejeje supongo que vere evolucion segun avance xD

    no lo he cogido del todo, empiezas con el simil de la vida como un viaje en tren y luego te centras mucho en los tipos de personas que te puedes encontrar y en lo que puedes obtener u ofrecer a las dichas, al final explicas razones por las que viajar, o no cesar el viaje; la comparacion si se puede seguir, pero la has distendido( ¿esa palabra sirve?) un poco

    las partes estan bien por separado, pero si las juntas no tanto, si lo hubieras hecho en capitulos, habria quedado mucho mejor, es algo que creo que no haces (no he visto todo ni ojeado) y que seguro te vendria muy bien xD

    c ya :P

    ResponderEliminar