sábado, 26 de mayo de 2012

#8

Encontrarte de repente
en cualquier esquina
de una rayuela
y confesarte toda mi vida
de un solo asalto;
llámame Amaya,
tú voz de octubre
y ojos de mayo.
Pero qué irónico pensar
que solo puedo verte
en las calles de la revolución.
Qué tontería imaginar
que camino sin buscarte
pero sabiendo
que ando para encontrarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario