martes, 15 de enero de 2013

Conclusión en Do Mayor

No sé para qué podría yo
querer olvidarte;
una vida sin recordar
tus ojos negros de Picasso
mirándome en la distancia
de la memoria,
en la memoria
de nuestras distancias más cortas.
Para qué querría yo
coleccionar todos los sellos de las cartas
que nunca te llegué a enviar.
No quiero tener
que llorar con palabras
por no emborronar tus huellas
con sucias lágrimas,
por no convertir en acuarelas
el óleo de nuestras noches
de saxo sin bemoles,
de melodías sin guitarra.
No quiero tus recuerdos
colándose por las alcantarillas
de los dedos de mis ojos
como la arena
de los relojes sin tiempo
que no guardan tus versos remotos.
No quiero bailar en charcos de ausencia
de la lluvia de noviembre en Madrid
(yo con todos mis lunares pinchados
y tus pulmones con tanta cicatriz,
yo con mis medias (tintas) rotas
y tú con tus abrazos sin mangas para el frío).
No quiero confesarte amediavoz
que mis peores contratiempos
siempre han ocurrido
por ir contrarreloj.

[...]

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