La curiosidad mató al gato
y a mí tus ojos.
¿Más vale pájaro en mano?
Mejor cien besos de mis labios rojos.
Un clavo saca a otro clavo,
y tus versos cerraron los abismos
que agujereaban mi corazón roto.
Donde dije digo a ti te nombro
y si te (d)e(s)visto no te olvido.
Me quito mi sombrero ante tal maravilla.
ResponderEliminar