Con este avión de juguete
me estrellas en la noche estrellada,
y yo grito con voz de Munch
al ritmo del picasso azul
mientras Degas nos mira y danzan
sus bailarinas sobre tu espalda.
El gran masturbador con su arte
nos mira y se complace,
pero los de Goya
ven lo nuestro una guerra
y se horrorizan ante el desastre
de nuestros cuerpos sobre la arena.
En cualquier caso
sólo quisiera besarte y marcharme,
aunque también viceversa.
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