Dice Ester García Camps
que tropezar y caer de rodillas
Y qué cierto.
Hoy en día pocos caen
por su propia cuenta;
se dejan empujar
y revolcar en el fango,
hasta los ojos,
y lo que es peor,
hasta el alma.
¿Dignidad? ¿Libertad?
No saben qué será
eso por lo que luchan
los que caen de rodillas
y se levantan
para poder seguir cayendo.
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