miércoles, 18 de enero de 2012

Música, por favor

(I)
Sólo las guitarras
me hablan en días así,
en que las necesito
y ellas necesitan que las escuche
alguien gris.

(II)
Los saxofones
son para cuando llueve
fuera y dentro;
entonces ellos me mojan y me secan,
me sacan del túnel
pero me tiran a un pozo
más negro
que los gatos que se cruzan
en mitad de la nada.

(III)
La armónica es para cuando
mi alma está en un abismo,
abismo de recuerdos,
al abismo de unos besos,
en el precipicio de un amor,
de unas pestañas que guardan
universos del polo.

(IV)
Los violines y los pianos
son para bailar,
pues mientras bailes no podrás morir
aunque desee que el fin del mundo
me pille bailando.

*Al final me doy cuenta
de que no quiero melodías
que no salgan de un silencio verde.

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