sábado, 8 de septiembre de 2012

Círculos

Ahí estaban, como cada viernes, ella y su libro, su café sin azúcar y el camarero que la observaba con curiosidad desde el otro lado de la barra; el mismo camarero que veía cada martes al muchacho en esa misma mesa con la misma actitud.

Y una tarde le dijo al servirle su taza:
-¿Por qué no pruebas a venir un viernes?
Seguro que te sorprendes.

Y ella, 
cansada de esos rincones ya sin sorpresas para su sonrisa, 
de esos cielos apagados de atardeceres, 
abandonó la ciudad, 
se fue con su silencio a otra parte 
justo cuando la mirada de él iba a cantarle su mejor canción.

1 comentario:

  1. Alguien dijo que el tren sólo pasa una vez en la vida. ¡Mentira! Puedes tomar otro y otro, y otro; incluso esperar que regrese el mismo que perdiste un día.

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