martes, 18 de septiembre de 2012

Déplacer




Un mimo me regala
una sonrisa con olor a té,
y la ciudad
unos rizos de cobre
para escuchar mejor a Joaquín
a los pies de la Alhambra,
y una mirada del mismo color
para leer a Julio
frente a esa Maga de Granada.

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