domingo, 11 de diciembre de 2011

De cama a cama

La luz era fría y el aire azul. Apenas tenían que mover los ojos para observar durante toda la noche cómo la luna, soberbia y redonda, se movía a sus anchas por el cielo, de cama en cama (todas grises, desgastadas por el tiempo), de estrella a estrella y me las tiro porque me tocan.

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