De pequeña
hacía castillos de arena
y también de plastilina
y de rotulador,
de cartas y palillos.
Ahora sólo sé
hacer castillos de humo,
mis construcciones son
del material de los sueños;
dejé de acariciar la sal como antes
hace ya tiempo,
y me da miedo hacerlos de naipes
porque siempre pierdo
y me quedaría sin sueño.
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